jueves, 23 de octubre de 2025

Carta 07


 

Hoy desperté antes que sonara el despertador.

Soñé toda la noche con vos, al menos esa fue la sensación al abrir los ojos. Viste como es, lo último que uno recuerda de los sueños es el perfume que permanece. Ese perfume fuiste vos. Antes. En los sueños. Ahora.

Te veía bajando las escaleras después de que te llamara desde abajo. Vos hermosa como siempre. Como ahora. Bajabas fumando y clavaste la mirada en el envase de cerveza lleno de luna que tenía en la mano. Antes de besarnos reprochaste mi aliento de alcohol, yo no dije nada del humo. Molesta por mi desayuno no viste la rosa que te ofrecía con la mano izquierda. Tu risa lo borró todo. Caminamos hasta la plaza, los bancos de madera seguían desbordados de rocío. Nos sentamos igual, esperando que el sol entibiara nuestros brazos erizados. Buscamos un almacén abierta, luego una habitación vacía. Hoy solo son palabras y fotografías. Todo palabras ya dichas, todo fotografías gastadas de tanto dedo mental, de tanto blanco y negro. Que poder tienen los sueños, el poder de repetirse reviviendo una y otra vez el pasado.

Anoche soñé con vos.

Soñé con otras cosas que no voy a decirte porque vos ya las sabés. “¿Hace frío por ahí?” Acá la primavera está en trabajo de parto. Extraño tu voz. Extraño que me culpes de todo. Sabés que la distancia y el tiempo pueden descongelarlo todo.

Te escribo pues sé que estás por ahí, revolviendo mis cosas, acariciando un fantasma con aliento a alcohol mientras yo termino esta carta envuelto en tu perfume que respiro de memoria.

Asomate, charlemos un rato.

Prometo no recordar que todavía te amo.

fino.

Música: A contraluz - Fito & Fitipaldis .


lunes, 20 de octubre de 2025

Respiración.


Después de escapar 

después de ver pasar las horas

tu llanto, tus preguntas 

va la certeza de que todo volverá a estar bien.

No hay lugares perdidos

no hay vacío que pueda congelar el río,

y la luz bajo el agua 

y las fotos intermitentes 

el peligro...

la única salida

son los latidos de tu corazón.


fino.

Música: Lado de La - Pitty.


viernes, 17 de octubre de 2025

Lista de gastos.

                               


Martes a la nochecita: Recibí los ejercicios que tenemos para hacer en el taller de escritura. Hacer una lista de gastos diarios y otra lista de cinco cosas que nos hayan impactado. Luego de pensarlo un poco decido hacerlos al mismo tiempo y en paralelo, usando dos hojas por separado, pues antes, en un rapto de inspiración pseudo-divina y de cabotaje, me había atrapado la idea de mezclar los dos textos formando uno solo. Me di cuenta que así no estaría cumpliendo la consigna, así que me ajustaré al pedido alejándome de locas pasiones. Comienzo con la lista de gastos tomando notas casi en tiempo real. Hoy cero peso.

Miércoles: Siete y veinte de la mañana, salgo del trabajo y me tomó el bus camino a casa. Es el primer gasto del día pero al pagarlo con la tarjeta STM, si bien me baja el saldo, me engaño pensando que no es gasto al no meter la mano en la billetera. Los años me han cambiado, de un puñado de billetes arrugados en los bolsillos a tenerlos ordenados en una funda de cuero. Quien te ha visto y quién te ve, hermano ya no sos el mismo. Me bajo en Millán y Larrañaga, paso por la red de cobranza y ahí si, pago la factura de la luz. Muy old-school mi comportamiento, dinero en mano contra todo descuento de dos puntos del IVA. Sigo camino a casa y paso por la panadería. Raquel me ve llegar y se va adelantando a mi pedido, ¿Tres marsellés verdad?, eso, respondo apenas pongo los pies dentro del comercio. El olor a pan recién horneado me puede. He dejado casi todos los vicios, pero si de algo estoy seguro es que no voy a impedir que el pan calentito con manteca a la mañana me lleve a la tumba, de mi parte jamás habrá resistencia. Jamás. Pago todos los días sin protestar entre noventa y ciento diez pesos por mi lento aumento de abdomen.

Jueves: Está empezando a amanecer más temprano, es día de pasar por Tres Cruces. Me bajo en la terminal y compro los pasajes para el fin de semana. Dos pasajes hasta Biarritz, Sábado, 8:15, somos dos, subimos aquí y los asientos más adelante que tengas. No es por pecar de rutinario, pero la vendedora de Cot, ya me tiene fichado y, como la panadera de la esquina de casa, me la hace súper fácil. Seiscientos cuatro pesos. Es temprano aun, aprovecho a sentarme un rato en la cafetería de la planta baja de la terminal, me tomo un café con algún biscocho salado. Doscientos diez pesos. Leo y escribo un rato, me da sueño, me quedo sin combustible. A casa. La noche fue larga.

Viernes: Bus. Panadería, mientras hago mi desayuno-cena conversamos con Marcela preparando la ida para afuera. Me acuesto y será el día más barato, ciento cuatro pesos. Estoy fundido. Me desperté a las cinco y media de la tarde. En casa no hay nadie, Marce salió a hacer sus vueltas. Me bañe, apronté el mate y me puse a escribir unas ideas que hace días me dan vueltas por la cabeza. Llega Marce. Cena y al trabajo.

Sábado: Del trabajo directo a Tres Cruces. Viajamos hasta Biarritz.

Llegamos y de cabeza a las plantas. Unas vueltas por el terreno y una tiradita en la cama hasta que esté el almuerzo. De noche habrá juntada y asado con la barra del balneario. Cuatrocientos por cabeza.

Domingo: Ida hasta el supermercado a comprar lo que falta para terminar el Domingo, el almuerzo del Lunes y alguna cosa que dejar para el Sábado siguiente. Ochocientos veintitrés pesos. Fueguito a la caída del sol, música y los brazos de Morfeo.

Lunes: De mañana tiramos la red con Pepeu. Salieron algunos pejerreyes, fileteamos y comimos miniaturas con ensalada de la huerta, lechugas varias, rúcula y verdeo. Cero peso. Vuelta a Montevideo quinientos veinticuatro. A trabajar.

Martes: Releyendo este texto me parece estar viviendo un capítulo plagiado de “Mi lucha”, la saga de ese Karl Ove de difícil apellido.

Otra cuota mañanera de mi suicidio panificado, ciento tres pesos. Dormir. Taller a la tarde y seguramente volveré a casa con un libro nuevo que quien sabe cuanto me saldrá. Al menos tengo el descuento como tallerista.

fino.

Música: Free money - Patti Smith.