Ante el tedio
asoma una brisa rebelde
desde la profundidad,
es refugio, sinfonía y caricia.
Ante el tedio
el movimiento
la ráfaga calma de la lapicera.
Ante el tedio
el ruido de las cañerías
la lengua, la sangre
y el vidrio pintándose de rojo.
Estás sentada en un rincón del baño
clamando por un dios,
esperando que el ciego tedio insatisfecho
muera como la fiebre.
Y sos tan hermosa
colgando en el azul
con un lucero a un lado de tu boca.
Ante el tedio
un halo te agiganta
brindándote como agua fresca.
Y sos tan hermosa
en la profundidad de la noche,
noche de hambrientos
de sedientos y desposeídos.
Sos tan hermosa...
y cantás para mi.
fino.
Octubre 2020