sábado, 30 de julio de 2022

Kintsugi.

                                                       

Sé que llorar no es purgante, ni salvoconducto. Sé que llorar no apagará mis dudas. Sé que llorar no solo es marcarme la cara, es un poco de reestructura, una húmeda y salada reestructura. 

Dejo la silla deformada de tanto incrustarle mi cuerpo sin piedad, en días así es imposible dejar la máquina de escribir. Las botellas vacías se van acumulando, como las puntas, los envases secos de agua y los papeles arrugados luego de soplar los apuntes sobre el teclado. Es un sismo descubrir como se mete tu sombra por debajo de mi puerta, tu imagen dormida y sin amor. Tu imagen sin cara y yo soñando con un amor de otro planeta. Estúpido e inocente, creyendo en los reyes magos, creyendo que mis palabras te llegaban tanto como para enamorarte. Pero lo oscuro de todo esto es que cada vez hay más y más mentiras que se van acumulando dentro de mi cabeza. Yo, intrascendente, pensé que se trataba de una broma. Preferiría mirarte a los ojos y soñar con fuego como si tu saliva pudiera ahogar las llamas. Fui creando llagas, dándote por dulce el veneno que yo mismo comería. Ahora siento que el aire no sube, se queda pegado a tu lado y forma un dibujo que trae burbujas desde el fondo de tus manos. Siempre igual, soy incapaz de vivir sin una flor, sin una cruz, sin un amor, la vieja costumbre de descorrer las cortinas. 

Te imagino mordiendo otros cuellos, solo imagino, no hay falla. Darte mis huesos calmará el deseo pero estoy obligado a seguir andando. Estamos frente a frente y aun no me has hablado. Ahora veo tu espalda rumbo a la calle, pero peores sueños he tenido en la nieve y tu amor siempre es un revolver perforándome la sien.

fino. 

 

Música: Love Song -The Cure.

sábado, 23 de julio de 2022

“… you crazy diamond”

                                                                                


         La canción entró por mis ojos,

          por mi cuerpo y oídos,

         bajó por mi brazo, se hizo carne.

          Me rodearon mis muertos,

          vinieron a escuchar :

                    (Kitto, desnudo, cocinaba pastillas

           iniciando el camino de ida.

           El Gitano afilaba agujas

           en su mandíbula cuadrada

           procurando apresurar el tiempo necesario.         

           Gonzo asesinaba sus sueños

           con silencios desde el rincón.

           Danilo simplemente esperaba,

                           adormecido,

           con caleidoscopios en lugar de ojos).

                   Vi sangrar el cristal,                   

           lloré mientras el prisma giraba

           proyectando su arcoíris sobre la multitud.

           El fuego bailó

           y una lluvia de sangre apagó las velas.

           La canción,

           finalmente,

           entró por mis ojos.

           Una catarata de recuerdos

           llegó a saludar,

           a limpiar los restos oxidados

           a descascarar los recortes pegados en la pared.

                    (Hello, hello… is anybody out there?)

           La canción entró por mis ojos,

           por mi alma                                                         

           y más solo que nunca

           no pude dejar de llorar...los.

                                          

                                                    ( Gracias R.W ) 

fino.

Música: Confortably Numb - Pink Floyd.

jueves, 14 de julio de 2022

Yo quiero... y vos qué?

 

 

                                                   

En tanto caminas por quién sabe que lugar, te dibujas ante mí, en este cuarto, frente al viejo espejo, y tu pelo cae desde la almohada iluminando la habitación. Tus ojos reflejan otro mar, distinto, distante. No todo se da, por eso te espero frente al espejo.

Quiero volver a estar, tratar, fingir que nada ocurrió y comenzar, como antes, comenzar como si pudieras volver. El reino está distante, me cuesta creer en ídolos recortados en papel, en los semidioses que adornan las esquinas.

Voy andando, cambiando de lugares, cambiándome la ubicación del corazón hacia el lado que menos duela, mientras que el agua corre junto al cordón de tu vereda.

Tengo las ausencias, tengo la soledad, tengo pánico. Trato de beber pausado, para serenarme, y el recuerdo me parte la esperanza. Estás tan lejos que no puedo tocarte... y me hace tanto mal.

Es hora de cambiar el disco (terminó) y poner ese blues que nadie entiende. ¿Vos sabes, verdad?

Me dejaste desnudo, mis piernas piden parar, piden partir…             No quiero más este tonto ajedrez. Quiero cruzarme en tus ojos, aniquilar ese último acorde, saber si lo puedo lograr.

No sé bien como es, si son flores carnívoras o es solo jugosa piel. No sé bien como es, quiero pedirle al río que te traiga, si es que vas a venir. Tìrame una punta, algo que calme esta obsesión, mientras tanto marcaré con algún tipo de fuego mi piel.

Yo quiero… y vos qué? Júntame los pedazos, las cenizas y la foto en la pared.

Yo quiero… y vos qué? No te quedes sin llorar, acércate a la ventana, saluda desde el balcón, júntame los pedazos y escríbeme una postal.

No te quedes sin llorar, no hay nadie cerca. No hay nadie. Junta mis cenizas, haceme un funeral, enterrame en el jardín antes del alba, antes del amanecer.

Yo quiero… y vos qué? Es mi última pregunta, es mi última oración.

El cuarto quedó apagado. El espejo se rompió, otra vez la soledad.

Yo quiero…

y vos qué?

 

 fino.                 Collage: Lily Gar.

Música: Never forget my Love - Joss Stone.

jueves, 7 de julio de 2022

Sueños engarzados.

 

                                                                  


Sus ojos reían y su cuerpo, totalmente paralizado, adornaba la silla de la última mesa del bar, allá en el fondo, contra un rincón. Estaba  dormido en vida, divagando, inventando una gran estupidez con la que tapar la oquedad de su alma. Pero sus ojos reían, no podía ni quería evitarlo. Con un movimiento apenas perceptible, sus dedos acariciaban un vaso semí vacío, mientras destruía unas lágrimas que intentaban quitarle su efímera felicidad. Tenía un plan, una herida y era todo cuanto necesitaba. Recuperó con un poco de aire  el movimiento de su ser. Dejó sobre la mesa un billete que cubría lo gastado y sobraba para la propina. Se paró y comenzó a caminar hacia la puerta de salida. Bajó tres escalones, las piedras del suelo se encastraron en sus pies haciéndole más pesados los pasos. Estaba dispuesto a soportarlo. A cada nueva calle que enfrentaba le escapaba por el lugar menos pensado, dando giros y vuelta que lo volvían a llevar frente al espejo sin reflejo de los sueños perdidos. Llegó, luego de horas y horas de andar, a una plaza que conocía bien. Caía la tarde. Un trozo del cielo recortaba de naranja los árboles pelados por el otoño. No sentía el frío, el alcohol jugaba su partido. Eligió el banco más alejado del caminito del pasaje, revolvió en sus bolsillos buscando los cigarros y el encendedor. Sentado fumó mirándose la punta de los zapatos. Sentía la inmensa traición de un bar cerrado, de un bar completamente vacío mientras, bajo sus pies, oía correr el agua de un desagüe encapsulado. Hipnotizado por el murmullo del agua, imaginó el mar que a lo lejos se volvía invisible cediendo ante la fuerza incontenible de la niebla. Imaginó el devenir de olas rompiendo. Imaginó la espuma y el murallón. Ahí frente a él, todo el universo, toda la bruma. Bajo sus ropas se deslizó como un escalofrío, el viento gélido que ahora si padecía. Sin pánico, sin sed y con las manos entrelazadas decidió con qué puñal desprenderse la piel. Y así, con la mirada perdida y sonriente, volvió a reafirmar la idea de que no existía tiempo ni espacio, que vivía en un mundo paralelo. Se quitó el anillo del dedo anular y dándole un beso vacío, frío, lo tiró entre las rejas del desagüe. Lo vio perderse, lo escuchó hundirse junto con los sueños que alguna vez había decidido engarzarlo.

fino. 

Música: Am i the One - Beth Hart  (Live at Paradiso)