viernes, 1 de marzo de 2024

Ahí, la luna.

                                                               

                                 

Ahí, donde se secan las fotos, las victorias y las muertes. Donde se dividen en dos las calles, el cielo. Sujetando. Purgando. Ahí. Perdiendo las pistas, el suelo, la libertad de flotar. Una luna soltando su canto mágico y plateado. Ahí, la luna. En esa línea que no diluye la distancia y vive la sangre volcada en ríos de nubes, de llanto. Ahí, donde el viento ya no mueve las cortinas ni la ropa colgada de la nada. Invisible a todos, a mis ojos que no saben encontrarte.    No sueñes amor, ya no sueñes. Te dejo mi anillo, el lado izquierdo del alma, las raíces y los papeles mojados por el tiempo. Ya no sueñes. No nos queda tiempo. Ahí, vamos ahí, sin ojos, sin carne, sin el aliento embrutecido por el alcohol que todavía nos sigue matando de sed. No nos queda tiempo. Por eso no sueñes amor, dejame incrustado en la bruma, en los dibujos extraños que ves formarse en el cielo.

¿Acaso no es suficiente con llorar?

Ahí las noches, las estrellas que no logramos apagar, las manos temblando de miedo, los besos que te negás a dar. Las voces se pierden en un canto rodado, en la orilla de la playa rompiendo con las olas, ya no queda tiempo y las melodías no llegan a desnudarte. Brillar, ahí, con la luna. Con las palabras. Con la ausencia. La vela encendida por ambos lados, una luz que, aunque hermosa, no nos durará toda la noche. No nos queda tiempo. La magia.       Ahí, en esa línea...la luna.

 fino.                Foto: Lily Gar.

 Música: Cielo Hermético- Fito y Fitipaldis

 

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