Parado en alguna oscuridad.
Las huellas, los olores, las patas de la sota y mi ignorancia en tu silencio.
Seguramente estoy atrapado en la maraña de las cosas que no se pueden desatar, te juro que hay momentos en que no lo entiendo. Pues una palabra, una señal estúpida y tardía bastaría para calmar la sed.
Lo peor es el silencio,
esa herida desangrándose profunda en la carne,
ese golpeteo de olas intranquilas socavando la espera,
que no termina,
que es infinita.
Sé que no tengo derecho, sé que no tengo razón, pero un guiño parco y tenue después del tiempo inerte llenaría otra vez el vaso.
Faltan algunos instantes todavía, algunas palabras que no dijimos, falta algo que sacuda nuestro tedio, nuestras ganas de seguir.
Falta eso que no hablamos. S O S.
Todo se destruye en mis manos mutiladas,
en mi piel cansada.
Navego en los mares que no tengo.
Navego en los mares de algún cuento.
La ventana.
Mi cara partida.
Los ojos perdidos en la nada,
en la nada de nada.
Nuestros cuerpos
no saben regresar.
Parada en cualquier oscuridad
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