Te llevo en la balsa, aquí, a mi lado. El mar se va comiendo el sol anaranjeando la tarde. La brisa suave nos arrastra y el susurro del agua golpea los flancos del bote inflable. Asusta esta calma. Asusta y duele de solo imaginar lo que se nos viene, pero por suerte estás acá. Por suerte estamos juntos, ya pasamos varias veces por esto, calmas y tormentas. No quiero despertarte, mereces el descanso, padeciste el agotamiento de más de tres días en vela cuidándome, hasta que me pasó la fiebre y el delirio. Nos queda muy poca agua y una galleta envasada al vacío, galleta espantosa, vieja y dura. No sé que vamos a hacer, nunca supe pescar ni hacer reparaciones o cosas raras con las manos, me refiero a crear cosas con retazos, algo que nos cubra del sol, de la lluvia o de la desesperación. Nada. Cero manualidad. Esa te la debo y por más que lo intenté solo conseguí desperdiciar los materiales y las oportunidades, convertí todo en un caos, en cosas destruidas, cosas inútiles transformadas en cosas más inútiles. Siempre fui un negado en eso, y en otras cosas, pero no te quiero aburrir ni molestar con mi mala energía y mis malas vibraciones.
Soy un espanto y parte de lo que estamos pasando fue por mi culpa. Pero ahora tengo que pensar en positivo y hacer mi mejor intento para que salgamos de esta. Te lo prometí. Nunca entendí lo que pasó, los movimientos bruscos del barco, el chirriante ruido de los hierros retorciéndose, los gritos, los llantos y el agua. Millones de litros de agua tapándonos de un segundo a otro. No sé como pasó ni qué paso. Solo sé que te aferré la mano, que la otra tocó este maldito bote y que subimos arrastrándonos cubiertos por montañas de agua salada.
No sé lo que pasó ni tampoco importa, solo importás vos, que me salvaste, que nos salvamos mintiéndonos como animales desesperados en este salvavidas inflable, gigante y minúsculo. Que importa lo que pasó. Ahora solo deseo salir de acá y llegar a algún sitio en tierra firme, donde podamos descansar de verdad. Hablo de todo esto en voz alta o lo pienso, ya ni sé, pero te lo cuento, aunque ya lo sabés, lo digo porqué necesito hacer el ejercicio mental para mantenerme despierto mientras vos descansas. Necesito que cuando despiertes estés fuerte para cuidarme otra vez. Prometimos protegernos, llegar juntos, vivos y enteros. Lo juramos mientras reíamos recordando esas historias de náufragos y pelotas de voley, de capitanes y ballenas blancas, de pescadores de peces gigantes, de sobrevivientes solitarios en islas desiertas. Lo juramos riendo. Que bien nos vendría una isla desierta o poblada, qué importa. Qué me importa. Perdón por mis gritos, pero solo intento manipular el dolor, despejarme de las malas sensaciones. Voy a tomar otro trago de agua, seguro que mientras yo duerma, vos también lo vas a hacer. Trampas al solitario, cuestión de sobrevivencia, llamalo como quieras. Perdoname, yo que te voy a perdonar. Ahí en el cielo veo algo ¿Es una gaviota? Si es una gaviota estamos salvados, al menos eso dicen los navegantes experimentados. Eso indica tierra a la vista, pero desde acá no puedo ver mucho, desde acá veo la vida recortada por el filo del bote. Estoy cansado, los ojos se me cierran, ahora te toca a vos cuidar, pero sé que estás cansada. Yo no sé ni donde estoy y ese pájaro de mierda que da vueltas sobre el bote parece que solo esta buscando un lugar donde cagar, donde cagarse en nosotros. Gaviota de mierda, si es que sos una gaviota. Me duermo carajo, mejor me mojo un poco la cara para despabilarme. Que cosa, no tengo fuerzas ni para levantar el brazo y juntar un poco de agua con la palma de la mano. Todavía estoy débil. Y voy y vengo como el agua que nos rodea y empuja. Para colmo se hace de noche a la velocidad de un rayo, seguro que me voy a dormir. ¡Despertate que me duermo! Te toca a vos ¿Me escuchas? ¿No me escuchas? ¿Estoy gritando o pensando que grito? Ya no entiendo nada. No me quedan fuerzas. La luna desanda el camino del sol ¿Chocaron? ¿Se fundieron en una sola cosa? Puedo escuchar el sonido del agua pegando en la goma. El sonido de mis párpados chocando entre si. El sonido de las estrellas titilando. El sonido del sonido. El sonido de la piel desprendiéndose de tus huesos resecos.
fino.
Música: No way - David Gilmoure.