La gata duerme a la sombra estirada en el piso, eso está bien. En el desagüe del rincón sobrevive un helecho salvaje y porfiado, mientras nace la mañana en Montevideo el mar escupe hacia arriba un sol naranja y brillante.
Flotan los zombies en el callejón de la esquina, los veo desde acá, flotan sobre botellas rotas, eso esta mal. No es que tiemble de horror o lucidez, tiemblo de injusticia. El mar escupe ese sol pensando en el futuro, la gata duerme a la sombra, yo veo dos caminos y las cosas entreveradas.
Sé que estarás tomando un café mirando el jardín sin pensarme como un problema, quizás la corona de espinas te lave el pecho y lleve la calma hacia el río pero las botellas rotas siguen ahí alfombrando el suelo de mi calle.
Ya no sirve desvestir un santo y rezarle a otro, ya no sirve hacer cruces con sal gruesa cuando explota la tormenta, ya no sirve y eso está bien.
Busco en las sombras que dibujan la pared un mapa escondido, busco armar con los retazos un títere sin costuras, para no tenerle miedo, para poder enterrarlo decentemente como merecen todos los muertos.
Vos estarás tomando el café mirando el jardín, a esta hora siempre tomas el café, después leerás el diario deseando salir a comprar flores como todos lo viernes.
Vos estarás tomando el café, luego saldrás a comprar las flores sin pensar en la gata que duerme aquí, a la sombra.
fino.
Música: Down en mim - Barao Vermelho.

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